¿Quién decide lo que dura el tiempo? ¿Y si ahora voy yo y decido que un minuto no es un minuto sino un segundo y que un año no es un año sino un día? Jamás había dudado de el significado de el tiempo, un minuto dura sesenta segundos y un año 365 días-normalmente- y nadie duda de eso. Pues quiero cambiarlo, quiero que no haya tiempo, que el único tiempo que exista sea ahora. ¿Y si no hubiera mañana, o peor aún, y si no hubiera después? Que se jodan los planes de futuro. Te quiero a ti, ahora.
Te quiero. Lo sé, lo sabes y lo saben. Te quiero por encima de muchas cosas, diría de todo pero no quiero que suene como esas cosas que suelen decirse y más de la mitad de las veces no son ciertas. No quiero que pienses que te quiero como he querido a otros. No quiero que pienses que te quiero porque se tiene que querer a alguien por norma. No quiero que pienses que te quiero porque tu me quieres, porque te querría aunque no me quisieras. Somos lo que queremos y no lo que nos quiere. Tu no eres mi vida, mi existencia está formada por muchas otras cosas, pero tu haces que le pueda llamar VIDA a mi existencia. Haces que pueda sonreír por las mañanas y no lo haces queriendo. Por eso me gusta. Me gusta que por alguna casualidad sintamos lo mismo, pensemos lo mismo, queramos lo mismo. Me gusta la sinceridad. Así que voy a decirte que no eres en lo único que pienso durante el día, pero tu cara es la primera que pienso al despertar y tu sonrisa es lo ultimo que veo al acostarme.
¿Qué tengo que decir? Si ya todos y todo cuanto hay a mi alrededor sabe lo que llego a quererte -o lo que digo que llego a quererte- porque es difícil describir una sensación tan fuerte. Si se lo cuento hasta a las paredes y los muebles. Mis ventanas saben que solo miro a través de ellas para ver el cielo y sentirme un poco más cerca de ti al pensar que vivimos bajo el mismo. Mi cama sabe que me sobra un trozo de ella, sabe que me encantaría compartirla contigo. 
Robaría las estrellas, las apagaría una a una, le pondría una persiana a la luna para que no nos viera nadie, para sentirme contigo a solas, para no compartir el cielo con ninguna otra pareja. Cogería el sol y lo haría pedazos, y con los pedazos formaría un círculo -o un corazón- a nuestro alrededor. Como si solo estuviéramos tu y yo. Y así es como me gustaría vivir -si es que eso es vivir-, abrazada a ti, sin soltarte jamás, respirando el mismo aire. No necesitaría nada más, solo con poderte tener a mi lado para siempre sería feliz. "Moriríamos"...¿Y qué más da? Si la muerte es así de dulce, matarme ya.
Trobar cada dia la manera de dir-nos t'estimo. Fer dia a dia el puzzle de la nostra vida. Fer una passa endavant al teu costat, recorrent mica en mica el nostre propi camí. Un camí senzill, sense pedres, sense dobles direccions i sense falsos oasis. Un camí pla i net. 
"Y haz como el Caballero: endereza el entuerto que se te ponga delante. Ahora lo de ahora y aquí lo de aquí.
¡Poneos en marcha! ¿Que adónde vais? La estrella os lo dirá; ¡al sepulcro! ¿Qué vamos a hacer en el camino mientras marchamos? ¿Qué? ¡Luchar! Luchar y, ¿cómo?
¿Cómo? ¿Tropezáis con uno que miente?, gritale a la cara: ¡mentira!, y ¡adelante! ¿Tropezáis con uno que roba?, gritarle: ¡ladrón!, y ¡adelante! ¿Tropezáis con uno que dice tonterías, a quien oye toda una muchedumbre con la boca abierta?, gritarles: ¡estúpidos!, y ¡adelante! ¡Adelante siempre!
¿Es que con eso no se borra la mentira, ni el latrocinio, ni la tontería del mundo? ¿Quién ha dicho que no? La más miserable de todas las miserias, la más repugnante y apestosa argucia de la cobardía es esa de decir que nada se adelanta con denunciar a un ladrón porque otros seguirán robando, que nada se adelanta con decirle en su cara majadero al majadero, porque no por eso la majadería disminuirá en el mundo. "
Decidió inspeccionar cada detalle de ese rostro, para poder tener una imagen casi real en sus recuerdos. Lo volvió a mirar aunque ya se lo sabía de memoria. Empezó por ese pelo oscuro, siempre alborotado. Por esos pequeños pero profundos ojos marrones. Y acabó por esa boca, esos gruesos labios que tanto le apetecía morder en ese momento.
