Quiero ser una piedra, una piedra sin sentimientos. Una piedra fría, sin pensamientos. Una piedra en medio del camino de cualquier hombre, con la que se tropiece y luego intente evitar. Una puta piedra a la que nadie extrañe, para poder perderme en un río, en un bosque o en el patio de algún colegio, escondida entre tantas otras.